En este post descubrirás en qué consiste un suelo radiante, sus características principales y su funcionamiento. Hablaremos de sus ventajas más llamativas y de algunos inconvenientes que has de tener en cuenta antes de realizar esta inversión en tu vivienda.
¿Cómo funciona el suelo radiante?
El sistema de climatización por suelo radiante basa su funcionamiento en una red de tubería plástica, instalada bajo el suelo terminado de la vivienda, por la que discurre agua caliente o fría haciendo que desde el suelo se irradie calor o frío a la estancia en cuestión.
Es un sistema que funciona a baja temperatura por lo que el consumo es menor frente a otros sistemas tradicionales.
En el caso de la calefacción, conseguiremos que la temperatura a la altura de los pies sea superior que a la altura de la cabeza consiguiendo una sensación de confort.
A pesar de que el sistema de suelo radiante lleva utilizándose desde hace varios años en otros países, en España sigue siendo bastante novedoso. Su instalación conlleva numerosas ventajas pero como en muchos casos, también tiene algunos inconvenientes; será nuestra labor sopesar los diferentes sistemas que existen el mercado y ver cual se adapta más a nuestras necesidades.
Ventajas del suelo radiante
Confort: ofrece un grado de confort considerable ya que el sistema se reparte por toda la superficie del suelo consiguiendo que la transmisión de calor se haga de manera uniforme de suelo a techo.
Eficiencia: como hemos mencionado anteriormente los sistemas de suelo radiante funcionan con un circuito de agua a baja temperatura, entre 30 y 45º C frente a los sistemas tradicionales que trabajan con temperaturas entre 80 y 85º C. Al tratarse de sistemas que funcionan a baja temperatura, suponen un ahorro considerable en el gasto; aproximadamente un 10% o un 20% frente a otros sistemas de calefacción convencionales.
Decoración: al tratarse de una instalación bajo el suelo, ésta quedará completamente oculta, liberando mucho espacio en cada una de las estancias. De este modo nos ahorraremos tener que colocar sistemas de calefacción tradicionales (radiadores, bombas de calor, etc.) por paredes o techos.
Enfriamiento: el sistema de suelo radiante te permite que circule agua caliente, o fría haciendo que este sistema sea ideal tanto en verano como en invierno.
Inconvenientes del suelo radiante
Precio: una de las desventajas más llamativa es su precio. Es un sistema más caro que los sistemas convencionales por lo que no es asequible para todos los bolsillos. El precio puede rondar los 50€/m² sin contar con el mortero, de este modo te puedes hacer una idea de lo que supondría esta instalación. Aun así tienes que tener en cuenta que estás realizando una inversión a largo plazo. Puede que el desembolso inicial sea grande, pero a la larga es más rentable que otros sistemas dado que el consumo es mejor.
Lentitud: a la hora de calentar una estancia este tipo de sistema no es el más veloz. Tienes que tener en cuenta que tarda un tiempo hasta que se alcanza la temperatura señalada. Nunca vas a sentir calor o frío en exceso, simplemente vas a notar que la habitación en cuestión ha llegado a la temperatura marcada siendo agradable la sensación.
Alta inercia: lo ideal en este tipo de sistemas es que su uso se haga de manera continuada. En zonas climáticas donde existen cambios bruscos de temperatura este sistema no es el más recomendable porque tardaría más aun en aclimatar la estancia.
Instalación: la instalación del suelo radiante no es de las más sencillas sabiendo además que su mantenimiento es algo complejo. En el modo de refrigeración hay que prestar especial atención ya que el factor humedad ha de estar perfectamente controlado para evitar problemas de condensación.
¿Quieres instalar suelo radiante en tu vivienda?
Te contamos las ventajas e inconvenientes que conlleva este sistema